Este fin de semana pasado fui al parque del Retiro situado en Madrid. En este gran parque puedes desde pasear, remar en las barcas, disfrutar de la vegetación, jugar con la imaginación y por supuesto disfrutar de los talleres que se realizan para los más pequeños como son los famosos guiñoles.
Son estos últimos de lo que os voy a hablar, ya que paseando por una de sus calles encontré un cuento diseñado con guiñoles. Allí estaban los más pequeños, por supuesto, hasta los más mayores.
Todos disfrutamos de un rato divertido con el cuento titulado "La princesa despistada".
El cuento trataba de una princesa que era muy simpática y despierta pero muy despistada y siempre estaba perdiendo todo lo que le compraban o le regalaban. Un día su papá le regaló una muñeca muy bonita que tenía un sentido muy especial para el Rey porque esa muñeca había sido la muñeca de toda la familia real desde hacía mucho tiempo. Tal era la ilusión de Laia por el regalo de su papá que decidió guardarlo muy bien y en un sitio seguro. Pero la guardó tan tan tan bien que cuando quiso ir a verla otra vez no se acordaba donde la había guardado.
La pobre princesa comenzó a buscar y buscar por todo el castillo, por lugares remotos como la cocina, las habitaciones, el salón, el comedor, etc pero no la encontró.
Preguntó a todas las personas que ayudaban a su papá el Rey como el chófer, el jardinero, las cocineras, pero nadie la había visto.
Su papá al no verla por los jardines fue a buscarla y la encontró llorando en su habitación. Laia le contó a su padre lo que había pasado y los dos comenzaron a buscar a la muñeca. Por fin Laia encontró a la muñeca sentada en una silla en su habitación.
El Rey le contó a su hija, la princesita Laia, que esa muñeca la tendría que cuidar mucho porque era una muñeca muy especial para la familia real y que no podría despistarse y perderla.
Desde ese momento Laia comprendió que tendría que estar más atenta a todo lo que le rodeaba y sobre todo a su nueva muñeca.
FIN
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